«Mi padre enloqueció durante veintiún días en el verano de 2011, tras una operación rutinaria cuyas complicaciones siguen siendo, aún hoy, inexplicables. A lo largo de aquellas tres semanas aseguraba ser Lenin y pedía que lo trataran como tal, llegando a exigir que su informe clínico y las medicinas que le eran suministradas llevasen escrito el nombre de Vladímir Ilich Uliánov. Los médicos accedieron a semejante cambio identitario, aunque continuaron llamándole señor R., algo que sin duda le disgustaba. Por lo demás, su carácter apenas varió, seguía siendo el mismo hombre aguerrido y bromista que de costumbre.»
He aquí una novela modélica para este tiempo de incertidumbres. «Modélica» por todo lo que nos revela en un tiempo sin revelaciones ya. Pero no impositiva, sino cordial: porque propone diálogo. La novela de un trasterrado (en cierto modo), de alguien que es tanto de un lugar como de otro. Y, no menos importante, la novela (también) de un desclasado. El joven profesor universitario y su padre obrero e hijo y nieto de agricultores. De La Mancha a Cataluña, de la estética del arado a la Estética con mayúsculas.
He aquí una novela de amor filial y de amor político. Una novela sobre la lucha de clases cuando ya quedan pocas fuerzas para la lucha, cuando ésta ha sido capitalizada por algunos partidos y ha sido reducida a eslóganes.
El padre está enfermo y vuelve a su lugar de origen, el hijo está «enfermo» de vida y de pasado, y también de deseo por saber y estar, como cuando era niño. Y se ríe de él mismo aún, y sigue teniendo miedo… pero ha aprendido a tenerlo. Es decir, a soportarlo.
En estas páginas no se desdeña el humor ni cuando se habla de la muerte o la locura, pero se hace de manera muy seria. Por fin, un libro que nos hace sonreír en medio de la melancolía sin negar «la posibilidad de la revuelta».
La maison d'édition :
Periférica es una pequeña editorial española independiente fundada en 2006. Publica sólo 20 títulos al año que trata de seleccionar con rigor y exigencia. Ha recibido el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial del Gobierno de España (antes lo recibieron otras prestigiosas editoriales como Anagrama, Tusquets, Siruela...). Cuando apuesta…
el tema me parece original: un hombre enfermo y loco, que se toma por Lenín y exige que los médicos y los enfermeros le traten como tal.He encontrado interesante la evocación de episodios de la vida del verdadero Lenín, en paralelo con las luchas políticas del protagonista y de su padre. Es interesante descubrir la relación padre/hijo. El hijo me parece tan enfermo como su padre ya que no puede evadirse de su propio pasado. Pero a la larga la larga enumeración de las luchas políticas han acabado por cansarme. Tengo que decir que la política en general me aburre un montón y por eso, al final el libro me ha aburrido. Sin embargo el libro está bien escrito
Me parece un libro ambicioso por el gran número de citas y referencias históricas y culturales que contiene-tal vez sea demasiado prolijo - Abarca temas muy diversos: los recuerdos de infancia y adolescencia del narrador, sus relaciones familiares, su constante observación de las personas que le rodean -aunque sean desconocidas-unas reflexiones sobre la evolución política del mundo contemporáneo etc...El enloquecimiento pasajero del padre que nos hace sonreír porque parece ser como un juego es un recurso literario clásico que le permite al personaje expresar sus propias ideas o ideología en este caso pero también desdramatizar la situación: esa forzosa y trágica convivencia (un tête-à-tête) entre un padre y un hijo en la habitación de un hospital. Ese contexto que es el hilo conductor de la novela encuentra un eco en el corazón y en la mente del lector.